Los secretos de la máscara

Máscara LED: ¿cómo funciona?

Entrevista con el Dr. François Michel, dermatólogo y experto en laserterapia.

Durante mucho tiempo reservada a las consultas de los dermatólogos o a los institutos especializados, la tecnología LED ha llegado a la vida cotidiana en forma de mascarilla. Ideal para preservar la belleza de la piel y luchar contra el envejecimiento, la mascarilla LED es cada vez más popular.

Entonces, ante esta nueva tendencia y la llegada de tantos modelos al mercado, ¿cómo elegir la mascarilla luminosa adecuada y, sobre todo, cómo utilizarla correctamente para disfrutar de todos sus beneficios?

Para saber más sobre esta innovación, hemos hablado con el Dr. François Michel, dermatólogo y experto en terapia láser, que ha colaborado en el desarrollo de la máscara LED myBlend.

FRANÇOIS MICHEL. Creo que se debe, en primer lugar, a la extrema delicadeza de esta técnica, que es totalmente indolora y que, a diferencia del láser, emite muy poco calor, algo que quizá desconcertó a algunos en su momento. Además, esta tecnología ha demostrado su eficacia: los resultados han mejorado con el tiempo y con el desarrollo de nuevos modelos de máscaras optimizadas. Diseño y fabricación dirigidos por profesionales cada vez más experimentados y apoyados por equipos científicos que han podido validar el rendimiento.

F. M. Los LED son pequeños diodos que emiten diferentes colores. Y cada color corresponde a una longitud de onda específica con distintos grados de penetración en la piel. La mascarilla myBlend utiliza el rojo y el infrarrojo cercano (630 y 850 nanómetros) porque se ha demostrado que esta combinación aumenta la eficacia de los resultados. De hecho, a diferencia del rojo, el infrarrojo invisible existe en modo pulsado, lo que ofrece una mayor comodidad.

F. M. Nos dimos cuenta muy pronto de que el uso de la luz roja mejoraba la calidad general de la piel: textura, firmeza, flexibilidad, luminosidad... ¡un auténtico resplandor juvenil! Pero eso no es todo. También se ha observado que tiene propiedades reparadoras sobre los componentes de la piel y la circulación cutánea. Posteriormente, los infrarrojos también han sido reconocidos por su capacidad para mejorar el efecto reparador en mayor profundidad.

F. M. A pesar de lo que se pueda pensar, no se trata de utilizar la mascarilla con la mayor frecuencia posible para obtener resultados óptimos. Hay que saber exigir razonablemente a la piel, de lo contrario saturaríamos su capacidad de reparación y correríamos el riesgo de provocar el efecto contrario. Por ello, yo recomendaría 4 sesiones semanales durante 2 meses, seguidas de un descanso. Hay que tener en cuenta también el color de la piel, ya que la diferencia de penetración de la luz varía según el color de la piel: las sesiones serán un poco más largas en las pieles más oscuras.

F. M. Son mínimos en comparación con las ventajas. Sin embargo, hay dos puntos importantes a tener en cuenta: el control del calor emitido por las lámparas LED, que debe ser agradable, y la frecuencia de los impulsos luminosos, que no debe ser molesta. Lo ideal es que la frecuencia sea lo suficientemente alta para dar la impresión de una iluminación continua. Todos los demás riesgos se han inventariado metódicamente a lo largo de los años en laboratorios de Europa, Estados Unidos y Asia. Los resultados han permitido utilizar la tecnología LED con total tranquilidad, incluso como complemento del tratamiento del cáncer.

F. M. Puse en común mis conocimientos teóricos y la experiencia adquirida desde 2006 en miles de sesiones realizadas en mi consulta durante tratamientos médicos (acné y cicatrices) o estéticos de la piel (textura, arrugas, rojeces y manchas). Esta colaboración me ha demostrado que, junto a la investigación hospitalaria universitaria, existen centros de investigación y producción con un nivel igualmente elevado.

F. M. En primer lugar, porque está al mismo nivel que los equipos médicos que utilizo en mi consulta. Es más fácil de usar y ofrece más sutileza en los programas que propone. Pero, sobre todo, porque he probado esta máscara de luz en pacientes, ¡e incluso en mi propio equipo! Fue una buena forma de conocer sus impresiones "in situ" y a lo largo del tiempo. Todos me dieron una respuesta muy positiva y algunos siguen utilizándola. ¿Qué mejor prueba puede haber?